Compasión y Comunidad

Querida comunidad de LMU,

Guiados por la doctrina social católica y animados por nuestras tres comunidades religiosas patrocinadoras, en LMU estamos llamados a defender la dignidad de cada persona, servir a la fé y promover la justicia en todo lo que hacemos. Estos valores no son teóricos; son principios que guían nuestra manera de responder al mundo que nos rodea, especialmente en tiempos de incertidumbre y dolor.

En los últimos días, las acciones generalizadas de control migratorio en Los Ángeles nos han recordado cuán profundamente los acontecimientos en nuestra ciudad pueden afectar a los miembros de nuestra comunidad. Para muchas personas, no se trata solo de noticias o titulares, sino de realidades que viven día a día. He visto y he escuchado el temor de perder a la familia, la angustia de enfrentar un futuro incierto y el dolor de niños que ya no se sienten seguros en la escuela.

Somos una comunidad basada en la compasión, el cuidado mutuo y la firme convicción de que toda persona merece dignidad y amor. En tiempos difíciles, no damos la espalda; caminamos juntos. LMU pone a disposición de nuestra comunidad diversos recursos, como el Ministerio Universitario, Recursos Humanos y los Servicios Psicológicos para Estudiantes, que ofrecen acompañamiento, cuidado y escucha. También quiero aprovechar este momento para expresar mi agradecimiento a la Clínica de Justicia para Inmigrantes de Loyola en la Facultad de Derecho de LMU, por su firme liderazgo en estos tiempos difíciles.

Como alentó el Papa León XIV a los fieles el domingo de Pentecostés: “Invoquemos al Espíritu de amor y paz, para que abra fronteras, derribe muros, disipe el odio y que nos ayude a vivir como hijos de un mismo Padre que está en el cielo”. Renovando y fortaleciendo nuestro sentido de cura apostólica, el cuidado Ignaciano por nuestra labor colectiva, reafirmamos nuestro compromiso de ser una universidad donde la fé, la justicia y la dignidad humana no solo se mencionan, sino que se viven.

Agradezco al Arzobispo José Gómez, al Padre Greg Boyle, S.J., y a otros líderes y organizaciones espirituales y religiosas que reunieron a la comunidad de Los Ángeles en solidaridad y oración. Con más manifestaciones planeadas para este fin de semana en toda la región, oramos por una expresión pacífica y segura de las voces, y que nuestro anhelo de justicia vaya acompañado de un compromiso colectivo con la compasión y la no violencia.

Juntos, seguiremos siendo la luz que el mundo necesita.

Con compasión y esperanza,
Tom

Thomas Poon, Ph.D.
Presidente y Profesor de Química